Reflexiones

Quizás nunca supe comprender, nunca supe entender nada de nada. Estoy casi convencido que todo se debe a un error de frases y actos acontecidos, pero bueno parece que nada puede cambiar esta situación.
Es mas nunca me sentí tan melancólico como hoy, debe ser por la comida o el agua que contenía cierta dosis de pasado mezclado con sentimientos irreproducibles a miles de años luz de aquí.
Extraño hablar horas por teléfono, hablar frente a un micrófono sin que nadie diga nada, tomar en un bar, discutir por el tiempo pasado, aventurarse por el tiempo futuro, salir los sábados sin compromiso alguno (y los domingos también), el lugar donde estudié, los amigos que dejé, los ángeles que miraban mis ojos con cara de no te vayas, las manos que nunca dejan de sujetarte en una larga despedida, el cabello con olor matinal, los ojos con ciega belleza celestial.
Justo hoy se me dio por escribir esto y quizás mañana lo quiera borrar u me despierte feliz, pero siempre hay días así, medios extraños, medios raros, donde todo es frío hasta el café caliente del desayuno y el pan recién nacido del horno.
Soplo digo esto como última parte de mi terapia para poder olvidar por completo, antes de hacer una llamada que creo debí hacer tres meses atrás. (Veo el calendario y no creo lo que veo cuando observo el tiempo transcurrido).
Quizás no la haga y solo quiera decir lo que quiera hacer pero que es algo en realidad que nunca llegare a realizar por un orgullo existente que creo lógico. Así que solo será parte de la terapia. Antes de terminar, como es que la gente piensa que tú no vas a darte cuenta de las cosas que pasan, y las oculta porque sabe que uno no está de acuerdo, creo que por ahí existen secretos obvios. Hablamos.